En la invención se recurre a encontrar argumentos que se refieren al qué decir y otorgan al discurso el “cuerpo lógico y psicológico”[1] en cuanto a su contenido. Para Aristóteles”esta búsqueda de argumentos persuasivos tiene dos finalidades, una lógica y otra psicológica: convencer y emocionar, respectivamente”[2]. De ello derivamos discursos orientados a incidir en las emociones o pasiones por medio de una retórica psicagógica, y discursos orientados a incidir en la lógica de los públicos a través de pruebas o entimemas dando lugar a una retórica netamente a convencer racionalmente.
Extracto del texto Original: Retórica y Comunicación Estratégica
Autor: Christian Schaefer
[1] Alejandro López y cols, Introducción a la Psicología de la Comunicación, Ediciones Universidad Católica de Chile, año 1995, Pág. 21.
[2] Ídem.