Para Maturana y Varela “al embarcarse en una reflexión acerca del fenómeno del conocer usan un marco epistemológico centrado y determinado por la fenomenología de los seres vivos”[1], a esto lo denominan “fenomenología biológica”[2].  Ambos autores “al responder a la pregunta que especifica lo que es un ser vivo proponen que éste es una organización autopoiética “[3]. Esta postura explica que  “sus componentes están en una continua red de interacciones”[4]. De este modo  “en este proceso se producen los componentes que integran la red de interacciones que produjo”[5]. Estos científicos, distinguen  dos maneras contradictorias y polares de ver  y explicar la conducta de un ser vivo”[6], pues su percepción de mundo es a través de las informaciones que extrae de éste. Por lo tanto, determina una “representación del mundo”[7]. No obstante, el sistema nervioso es “como un medio a través del cual el organismo obtiene información acerca del ambiente, con lo que construye una representación del mundo, las que usa para elaborar una conducta adecuada al mismo, adaptándose implícitamente, esta visión exige que el medio especifique en el sistema nervioso sus características, y que éste las utilice para generar conductas”[8].

En este enfoque, podemos considerar que “la perspectiva de un ser vivo no es la que este ser hace, sino la que un observador señala como tal, describiendo así los movimientos del organismo en un ambiente señalado también por el observador”[9].

Extracto del texto Original: Retórica y Comunicación Estratégica

Autor: Christian Schaefer




 

[1] Op. Cit. Pág..112
[2] Op. Cit. Pág..112
[3] Op. Cit. Pág..113
[4] Op. Cit. Pág..113
[5] Op. Cit. Pág..113
[6] Op. Cit. Pág..117
[7] Op. Cit. Pág..117
[8] Felipe García y Cols, Seminario: Epistemología Constructivista , Monografía sin publicar, Concepción,  2003, pág 117
[9] Op. Cit. Pág..118