La metáfora es “la sustitución de una palabra por otra cuyo sentido literal posee cierta semejanza con el sentido literal de la palabra sustituida”. Por lo que este tropo se aplica como lugar de semejanza, y su procedimiento se basa [1]“en la condensación de una comparación: se identifica un objeto mediante aquel con el que se compara” [2].

    Si bien la metáfora “se presta mejor a un reconocimiento intuitivo”[3]. La metáfora “y el uso figurado se convierten en una sola cosa. La especie acaba por coincidir con el género” [4].

    El fenómeno de la metáfora ha dado origen a una metaforología y son muchos los análisis al respecto. Umberto Eco la denomina a la metáfora como el tropo de los tropos, como “figura fundamental, género del que todas las otras son especies, parecen una serie de variaciones en torno a pocas tautologías y quizá en torno a una sola: ‘la metáfora es el artificio que permite hablar metafóricamente”[5].

    No obstante, Aristóteles es el primero en indagar la metáfora y en su Retórica advierte “el carácter cognoscitivo de la metáfora (que ‘nos instruye y nos hace conocer mediante géneros’)”[6], y en su Poética subraya que [7]“la capacidad para construir metáforas es indicio del talento natural de ‘saber apreciar las semejanzas’”. Para Aristóteles este tropo por sustitución de palabra individual ocurre: “del género a la especie (…), de la especie al género (…) y de la especie a la especie” [8].

        Coincidiendo con el psicólogo Karl Bühler que “encuentra la génesis de la metáfora en una convergencia de dos imágenes, al igual que en la visión binocular hay dos imágenes de un mismo objeto. Perelman y Olbrecht-Tyteca hablan también de ‘fusión metafórica’ (entre el tema y el foro)”[9] como dijimos anteriormente.

    Para en el Grupo µ la metáfora “no es propiamente hablando una sustitución de sentido, sino una modificación del contenido semántico de un término. Esta modificación resulta de la conjunción de dos operaciones de base: adición y supresión de semas. En otros términos, la metáfora es el producto de dos sinécdoques”[10].

    Como hemos visto las diferencias en la tropología de metáfora, sinécdoque y metonimia son bastante exiguas por lo que, para efectos de nuestra investigación y con el ánimo de consensuar estudios, el desvío de estos tropos se manifestará en la sinécdoque como contigüidad cuantitativa, en la metonimia como contigüidad cualitativa y en la metáfora como semejanza.

 

Extracto del texto Original: Retórica y Comunicación Estratégica

Autor: Christian Schaefer




 

[1] Op. Cit. 181.
[2] Ídem
[3] Bice Mortara Garavelli, Manual de Retórica, Cátedra, Madrid, año 1991, Pág. 183.
[4] Ídem
[5] Op. Cit. 182.
[6] Op. Cit. 184.
[7] Ídem
[8] Op. Cit. 183.
[9] Ídem
[10] Grupo µ, Retórica general, Paidós Comunicación, Barcelona, año 1987, Pág. 176.