Licencias de las perspicuitas en el orden oscuro son la anfibolía como “ambigüedad de sentido” [1]; y su variante, la anfibología como “discurso que se vuelve ambiguo por la presencia de términos o construcciones gramaticales que pueden interpretarse de maneras distintas y opuestas” [2].

Como hemos visto tanto los vicios y licencias de orden, se sentido y sintaxis en la perspicuitas dependerá de la interpretación del auditorio atribuyéndole la oscuridad o claridad del discurso persuasivo.       En consecuencia, “la claridad estaría absolutamente garantizada si sólo existieran ‘relaciones unívocas’, si cada objeto designado le correspondiera una única denominación y si ésta fuera entendida (interpretada) del mismo modo por el que habla y por el que escucha (relación ‘unívoca individual’)” [3]. Además, como es obvio, hablar claro entra en oposición a hablar oscuro, pero para los antiguos retóricos “se puede obtener de la obscuritas una buena parte de poder de fascinación”[4].

 

Extracto del texto Original: Retórica y Comunicación Estratégica

Autor: Christian Schaefer




[1] Ídem
[2] Ídem
[3] Op. Cit. 154.
[4] Bice Mortara Garavelli, Manual de Retórica, Cátedra, Madrid, año 1991, Pág. 155.