Huelga señalar, que el número de tropos varía desde los tiempos de la retórica clásica hasta los neorretóricos. Sin embargo, a través de la siguiente panorámica podremos determinar cuales tropos han sido excluidos o incorporados por distintos estudiosos y limitarnos a analizar los que se han manifestado con mayor regularidad.

Etimológicamente, “el término griego trópos, del que proviene del latín tropus, significa ‘dirección’, alude por ello al cambio de dirección de una expresión que se ‘desvía’ de su contenido original para albergar otro contenido” [1]. Desde los orígenes de la retórica los tropos se dividían en diez tipos: “la onomatopeya, la antonomasia, la metonimia, la perífrasis, el hipérbaton (inversión y transposición), la hipérbole, la sinécdoque, la catacresis, la metáfora y la metonimia” [2]. Posteriormente, Quintiliano, incorpora otros tres:”metalepsis, epíteto (…) y la ironía” [3]. A parir de Quintiliano tal enumeración de tropos es aumentada y actualizada a dieciséis por Arbusow quien sólo omite la onomatopeya y añade “la personificación o prosopopeya, la alusión, la lítotes, la ironía y la antífrasis, el oxímoron, la antítesis y la permutación” [4].

Lamentablemente las anteriores enumeraciones de tropos no son suficientes para generar una taxonomía que permita clasificarlos y estudiar sus configuraciones. Afortunadamente, serán Lausberg y Fontanier quienes logran tal categorización requerida y con ellos una tropologías.

Extracto del texto Original: Retórica y Comunicación Estratégica

Autor: Christian Schaefer




[1] Bice Mortara Garavelli, Manual de Retórica, Cátedra, Madrid, año 1991, Pág. 163.
[2] Ídem
[3] Ídem
[4] Ídem